jueves, 23 de abril de 2009


El móvil, artefacto ritual  para controlar la incertidumbre

 

 “Si no contesto mi celular por cualquier razón, si me hablan mi mamá o mi novia entonces ahí sí hay un problema”. Esto bien podría parecernos el testimonio de un hombre que cuenta parte de un relato en donde estuviera ocultando algo o que tiene miedo de ser descubierto pues hizo algo malo, pero no, no lo es, es simplemente la respuesta a una de las tantas preguntas que le hice en una encuesta a un joven  respecto al uso del celular, la pregunta se refería a algún problema que haya recordado haber tenido por no contestar su celular.

Me parece curioso que inmediatamente respondió aludiendo a su mamá o a su novia, bien, pues ellas son muy influyentes en su vida en eso estamos de acuerdo, pero hay algo más detrás de todo esto… está el hecho de que tanto ellas como él muestran, tan sólo en estas simples palabras que él mencionó una clara y recalcada relación con el uso de este dispositivo móvil.

En el transcurso de la entrevista me di cuenta que el entrevistado no vacilaba al responder las preguntas, tenía muy claro lo que quería responder, incluso anécdotas, y me pregunto si de haberse tratado de otra cosa hubiera demostrado tener la misma memoria prodigiosa.


Ciertamente la relación que ha tenido con el celular ha sido larga, no es un simple aparato del que ha estado desligado por temporadas o que apareció en su vida por casualidad, todo lo contrario, él menciona que recuerda el día que le dieron uno, hace algunos años, aún era un niño, que en ese entonces era raro ver con un celular, no como ahora que incluso niños de cinco años lo cargan como algo indispensable en sus vidas. También recuerda que se lo dieron sus padres más por una necesidad, pero ¿en dónde radica esta necesidad?, por lo que el contó en el hecho de poder estar comunicados, en caso de cualquier emergencia o simplemente por no soltar el cordón umbilical electrónico, término usado por Rosalía Winocur en su artículo “El móvil, artefacto ritual para controlar la incertidumbre”, mismo título que le di al

 

presente artículo ya que es precisamente en esa lectura en la que me basé para la entrevista que realicé.

El tema del celular como artefacto tecnológico ritual ha ido tomando y hasta desplazando el lugar de otras formas de comunicación entre las personas, y esto lo tienen bien claro quiénes han decidido adquirir uno. Yo he conocido personas que se resistían a comprar un celular, cuando les preguntaba porque se resistían me decían que no les gustaba que los estuvieran localizando en cada momento y en cada lugar. Me sorprendía descubriendo después que esas personas ya tenían celular y no era raro verles una cara de emoción cuando lo utilizaban. Así, estas personas caían en las garras tecnológicas del siglo XXI.

La persona a la que entrevisté no parecía haber mostrado ninguna reticencia al adquirir un celular, bien mencionó que todas las personas que conocía tenían una, incluso la muchacha que trabaja en su casa, dijo, como aludiendo al nivel económico, cosa que ahora sabemos, no es un impedimento para tener este aparatito. Recuerdo haber leído en una revista, en una entrevista que le hacían a uno de los líderes tecnológicos de la India que papel jugaba el móvil en la vida de la población, el mencionó un dato:” cada mes se adquieren diez millones de celulares en la India”. ¡Diez millones!, esa cifra habla por sí misma, sobre todo porque ese país a pesar de su riqueza en muchos ámbitos, se caracteriza por la pobreza que aqueja a gran parte de su población de mil cien millones de habitantes.

Irónicamente y como demostrando que podía darle fortaleza a sus respuestas el entrevistado sostenía en sus manos su celular, no creo que esperando una llamada, más bien sólo por el hecho de que aún seguía ahí, y por si las dudas.

 

 

Winocur, Rosalía. El móvil, artefacto ritual para controlar la incertidumbre.

jueves, 19 de marzo de 2009



"El poder hegemónico y el problema de los feminicidios en Ciudad Juárez Chihuahua"

 


La hegemonía para Gramsci no es un sistema formal cerrado, absolutamente homogéneo y articulado, por el contrario, es un proceso que expresa la conciencia y los valores organizados prácticamente por significados específicos y dominantes en un proceso social vivido de manera contradictoria, incompleta y hasta muchas veces difusa. En una palabra, la hegemonía de un grupo social equivale a la cultura que ese grupo logró generalizar para otros segmentos sociales. La hegemonía es similar a la cultura pero es algo más que la misma  porque además incluye necesariamente una distribución específica de poder, jerarquía y de influencia. Como dirección política y cultural sobre los segmentos sociales "aliados" influidos por ella, la hegemonía también presupone violencia y coerción sobre los enemigos. No sólo es consenso. Por último, la hegemonía nunca se acepta de forma pasiva, está sujeta a la lucha, a la confrontación, a toda una serie de "tironeos". Por eso quien la ejerce debe todo el tiempo renovarla, recrearla, defenderla y modificarla, intentando neutralizar a su adversario incorporando sus reclamos pero desgajados de toda su peligrosidad.

La conclusión a la que llega Gramsci , visualizando las relaciones de fuerzas en su conjunto, es la siguiente: "Se puede decir por lo tanto que todos estos elementos son la manifestación concreta de las fluctuaciones de coyuntura del conjunto de las relaciones sociales de fuerza, en cuyo terreno tiene lugar el paso de éstas a relaciones política de fuerza para culminar en la relación militar decisiva".

Quizás lo anterior nos pueda parecer un poco lejano pensando que vivimos en pleno siglo XXI y en una sociedad occidental esto está alejado de nuestra realidad, pero es sorprendente darse cuenta de que no es así y de que es posible que esta situación esté más cerca de nosotros de lo que pensamos. México no es una excepción a esto, y podemos encontrar bastantes ejemplos de la presencia del poder hegemónico, en realidad si nos ponemos a reflexionar los hay en todos los ámbitos, pero sobre todo en el Gobierno.

Las problemáticas que podemos extraer para verlas desde un punto de vista más crítico y tomando en cuenta la existencia del poder hegemónico son muchas, pero la que en este artículo nos ocupa y preocupa es el de los asesinatos y desapariciones de mujeres en Ciudad Juárez, un tema que por momentos parece extinguirse, a pesar de seguir vigente porque sigue ocurriendo, pero que de pronto “está de moda”,  ya no digamos por las noticias que salen y las que no, sino porque es un tema que últimamente se ha llevado incluso a la pantalla grande como es la más reciente cinta titulada “El Traspatio” (The Backyard), esta y muchas más, así como distintos documentales como el controvertido “Señorita Extraviada”, por el cual expulsaron a su realizadora  han sido una forma más de darle voz y una presencia distinta a este gravísimo problema que pasa aquí, en México.

¿Y qué tiene que ver el poder hegemónico con los feminicidios de Juárez?, según muchos testimonios y muchas opiniones todo, todo lo que rodea esa infamia, desde la impunidad, la vigencia y los modus operandi de los asesinos están influenciados por los estragos de la corrupción y el poder hegemónico que están latentes en nuestro país. Sabemos que la distribución del poder se reparte entre unos cuantos, los que tienen influencia son pocos, y acaso esa palabra hasta utopía puede parecer. Nuestra cultura nos ha marcado que siempre va a haber alguien más arriba de nosotros, que los que ostentan el poder van a ser una minoría casi imperceptible entre los 110 millones de personas que conforman México.

Los intereses de esta minoría son los que tienen al país, por decirlo de alguna manera “atrapado en un limbo sin soluciones”, son esos intereses los que frenan la resolución de semejantes atrocidades, aunque haya gente bienintencionada, aunque haya autoridades que se esfuerzan por poner freno a todo esto, finalmente las mujeres que mueren no tienen representatividad porque para esa gente ellas no tiene rostro ni nombre y por desgracia son totalmente reemplazables.

Los cuerpos muestran huellas de una violencia sadista y aterradora: violación, maltrato, mutilación, torturas, estrangulamiento, robo. Asesinatos de características tan especiales y con tantos rasgos en común, que hacen improbable la tesis de que estos actos de violencia no tengan una estrecha conexión entre sí. Las investigaciones oficiales poco han aportado al esclarecimiento de los crímenes. Las pocas personas u organizaciones que se han atrevido a sumergirse en una trama intrincada de encubrimientos, corrupción y complicidades, han entrevisto una realidad de fondo que los dejaría perplejos, atemorizados y azorados: las conexiones siniestras del poder público y privado y sus nexos con el crimen organizado. Hasta la fecha, la mayoría de los casos sigue sin resolverse. La violencia continúa cobrando víctimas y aún sigue impune.

Según cifras oficiales, en Ciudad Juárez continúan desaparecidas 70 mujeres, y recientemente han desaparecido más en la ciudad de Chihuahua. Otras fuentes sitúan la cifra en 400 mujeres desaparecidas desde 1993. Sus familias temen lo peor, dado el alarmante número de mujeres a las que se ha hallado muertas días, e incluso años, después de su desaparición.

Las investigaciones llevadas a cabo por Amnistía Internacional revelan que en los últimos diez años han sido asesinadas alrededor de 370 mujeres, al menos 137 de las cuales fueron víctimas de agresión sexual antes de morir. Además hay 75 cadáveres que aún no han sido identificados, y se piensa que podrían ser de mujeres de cuya desaparición se tiene noticia, si bien es imposible confirmarlo debido a la manifiesta falta de investigaciones forenses adecuadas.

A muchas de estas mujeres las secuestraron, las mantuvieron cautivas durante varios días y las sometieron a humillaciones, a tortura y a las más espantosas formas de violencia sexual antes de su muerte,que en la mayoría de los casos se produjo por asfixia causada por estrangulamiento o como consecuencia de palizas. Los cadáveres han aparecido ocultos entre escombros o abandonados en zonas desiertas de los alrededores de la ciudad.

Un considerable número de mujeres desaparecidas o asesinadas trabajaban en maquiladoras, y también han sido blanco específico de los agresores las meseras, las estudiantes y las mujeres que trabajan en la economía informal. En definitiva, las víctimas eran mujeres jóvenes, sin ningún poder en la sociedad, con hijos que criar y de extracción humilde, cuya muerte no supone ningún costo político para las autoridades locales.

 

Si no tuviéramos la certeza de que desde hace diez años se hace muy poco o más bien casi nada para ponerle freno a los asesinatos y desapariciones de mujeres en Ciudad Juárez, podríamos quizás pensar que no es culpa de las autoridades, que en una extraña excepción, el Gobierno se las ha visto negras en un caso de índole tan delicada y que parece abarcar esferas de poder que no imaginamos, que han hecho lo posible pero que el problema se les ha ido de las manos. Extrañamente, no se ha hecho nada, a los casos se les prefiere dar carpetazo, dejarlos para después, ¿porqué?. Porque si las autoridades o personas influyentes no están involucradas no hacen nada. Ellos saben que la población clama justicia, que pedimos respuestas pero también están conscientes de el rol que juegan en nuestra sociedad, conocen nuestra cultura porque son parte de ella y la maneja a su antojo, se han ganado el poder y la hegemonía en distintos ámbitos, y nosotros poco hemos hecho para evitarlo, cabe preguntarnos si tenemos la voluntad de cambiar esto, si estamos dispuestos a permitir que nos humillen de esa manera porque eso es, una humillación a los principios que se suponen rigen nuestra Constitución, y los derechos que como seres humanos tenemos, yo como mujer exijo que se haga justicia, que se les dé su lugar a esas mujeres que luchan por una vida mejor, que terminan sus vidas de maneras infames, que son tratadas como si no valieran nada. Que el hecho de ser pobre y además mujer, no se convierta en un estigma en nuestra sociedad, en una carga, en un castigo, que se les proteja como seres vulnerables, eso es lo que deben hacer los pocos que tienen la influencia y el poder necesarios, otorgarles garantías y derechos para que este país pueda por lo menos dar un paso adelante.

 

 

http://www.amnesty.org/es/library/asset/AMR41/033/2003/es/de11370f-face-11dd-b531-99d31a1e99e4/amr410332003es.pdf

 

 

domingo, 15 de febrero de 2009








Lo tuyo es mío y lo mío es tuyo

 




Nadie puede ser esclavo de su identidad, cuando surge una posibilidad de cambio hay que cambiar - (Elliot Gould)



    La mayoría de las personas, especialmente en esta época de cambios acelerados y de un despliegue gigantesco de información y posibilidades, han sentido que viven una crisis de sentido pues la pertenencia a la que queremos aferrarnos es casi una obligación. Esto también nos ha llevado a enfrentarnos a una crisis de identidad de la cual no estamos exentos,  a menos tal vez que pertenezcamos a una tribu aborigen, en la que nuestra pertenencia está bien asentada y donde nuestra identidad quedaría intacta hasta el final puesto que muy pocos factores externos influirían de manera alguna en ella.

 La interacción con otras personas y las distintas prácticas que nos rodean se combinan para formar una serie de estructuras que influyen en gran medida en nuestra formación e identidad, esto no es algo nuevo, y se conoce más específicamente como hibridación según Néstor García Canclini antropólogo argentino contemporáneo que ha tratado los temas de posmodernidad y cultura.

Esta hibridación es responsable de un número infinito de influencias en las distintas culturas, pues es algo que se ha venido dando desde el principio de la civilización, desde que distintos grupos de personas comenzaron a interactuar con otros grupos de personas que les eran ajenos y tomaron aspectos uno del otro.  No podemos negar la mezcla de influencias que nuestra cultura ha generado a lo largo del tiempo y cómo éstas han afectado o influenciado en nuestra misma percepción de lo que nos rodea y de cómo nos comportamos, así como de las actitudes que asumimos cuando por nuestra misma naturaleza social nos relacionamos con otras personas, entornos y pensamientos.

 La influencia que ejercen los demás sobre nosotros nos sirve como aprendizaje de otras formas de ver la realidad, además de ayudarnos a ser objetivos y tomar lo bueno, dejar lo malo y hacer de la hibridación algo que no afecte y destruya por completo la identidad que como personas debemos mantener.

 El concepto de hibridación no es bien aceptado en determinados círculos ya que se ve como algo negativo que deshace una estructura que se había mantenido por un tiempo indefinido y que estaba ahí con un motivo, que estaba de por sí dándole un sentido a algo que no tenía necesidad de cambiar.

Cuando por ejemplo, los colonizadores españoles llegaron a América y a fuerza de batalla impusieron su cultura a los indígenas quienes tuvieron que dejar casi por completo su identidad en el pasado, pero digo casi por completo, ya que muchas de las tradiciones y características que tenían no las perdieron por completo sino que las unieron con las nuevas costumbres y tradiciones de los colonizadores creando unas nuevas.

 Los procesos migratorios, turísticos o de intercambio económico o comunicacional son actualmente los principales factores que crean la llamada hibridación a lo largo del globo. Casi nadie queda fuera de dicho proceso, no importa de dónde vengamos lo que importa es hacia dónde vamos y con quien nos encontramos en el camino, porque así como nosotros, millones de personas más hacen lo mismo, van, no se quedan y se encuentran en un camino plagado de actitudes, rostros y mentalidades ajenos tal vez o tal vez no, dispuestos dar de sí y recibir, creando así un intercambio recíproco que culminará en un proceso de cambio de modificación o cambio de la identidad que cada uno tenía.

 Queramos o no, cada vez que viajamos, o tan sólo con las nuevas tecnologías tenemos al alcance una gama infinita de posibilidades de modificar nuestra identidad, es tanta la información que nos es dada, tanta la  información que queremos manejar que es difícil pretender que otro tipo de influencias no van a dejarnos algo, quizás inconscientemente o porque asó lo deseemos.

 Tal vez sería importante preguntarnos si aún existen identidades puras o auténticas, y qué tanto puede afectar a nuestra sociedad, tan multifacéticamente variada y rica. La hibridación puede ser cuestionada y/o rechazada pero es también una forma de intercambio cultural enriquecedor, y si hay que buscar responsables, podríamos encontrar muchos, entre ellos la globalización, la modernidad, etc. pero entonces a la vez nosotros seríamos los principales responsables, al haber creado lo anteriormente mencionado y haber alcanzado esos caminos, claro, porque así lo ha exigido nuestra historia, nuestra existencia, que avancemos, que mejoremos, que vallamos hacia adelante, finalmente no tenemos porque verlo como algo negativo, es parte del cambio que obligadamente tenemos que vivir.

Personalmente, en mi experiencia, la hibridación ha estado presente de manera muy clara especialmente cuando tuve la oportunidad de ir a estudiar al extranjero, debo decir que mi vida cambió completamente, a partir de ese momento ya nada fue igual y toda mi percepción cambio radicalmente, pues personas que conocí allá se convirtieron en mis mejores amigos casi mis hermanos, lo que aún me parece curioso y a veces extraordinario es que son de culturas totalmente diferentes, Irán y Arabia Saudita, son países conocidos por sus extremismos y radicalidades en muchos aspectos, sobre todo lo que concierne a la mujer, pero mis amigos, precisamente de esos países cambiaron mi forma de ver y entender muchas cosas, mataron estereotipos que llevaba conmigo desde México, e hicieron que adoptara, más por gusto, muchos aspectos de sus vidas, a veces me consideraba a mi misma parte de su cultura, y ciertamente mi identidad cambió, pero jamás pensaría que para mal, todo lo contrario, me siento afortunada de haber vivido eso, porque ahora son parte de mi vida para siempre.

 Debo decir también que precisamente la ciudad de Canadá donde estuve, Vancouver se caracteriza por su enorme diversidad cultural, puedes encontrar gente de todo el mundo, llegué a tener amigos de Vietnam, Congo, Taiwán, Alemania, Italia, Serbia, etc. Podías encontrarte incluso con zonas determinadas que eran en sí mismas la réplica de una comunidad extranjera traída desde su país de origen. Sin embargo, y es ahí donde aparecía la hibridación, todas esas personas al vivir en una ciudad Cosmopolita, moderna, en un continente diferente terminaban adoptando y aportando por igual.

A veces era impresionante ver que casi no se veían lo que podríamos llamar canadienses originales en las calles, escuelas, antros, etc., y por supuesto que los matrimonios interraciales son algo muy común y un medio muy claro de ejemplificar la hibridación.

 

Eugenia Rayas Rivera

miércoles, 28 de enero de 2009

La cultura como objeto de estudio de los estudios culturales


Teniendo en cuenta lo que dijo Mauro Wolf de que la cultura no es una práctica ni simplemente la descripción de la suma de hábitos y costumbres de una sociedad, sino que pasa a través de todas sus prácticas sociales y es la suma de sus interacciones (habiendo dicho esto para el CCCS), podemos entender que los estudios culturales y la cultura no están para nada desligados el uno del otro. Se puede casi asegurar que se complementan con el fin de acercarnos más y mejor a todo lo que rodea a una sociedad, y hacernos entender mejor quiénes somos y en donde estamos parados.


La cultura es algo inherente a la sociedad humana, y cada grupo social tendrá una definición distinta de cultura que se ha formado a través del tiempo y que ha puede variar en distintos periodos, sin embargo no por esto se deben dejar de lado las diferentes interpretaciones, pues por el contrario las mismas enriquecen los llamados estudios culturales, que en este caso estarían tomando una aspecto muy importante de la cultura que no puede ser dejado de lado, pues así se expresan prácticas y contenidos importantes en el estudio de la cultura.


Los estudios culturales surgen principalmente por la necesidad de entender las distintas culturales y en general la cultura del ser humano, esa que aunque no se comparta por completo con otros grupos sociales es parte de la vida de todos los seres humanos y le da más sentido a su ser.


Los estudios culturales aplicados a distintos estudios, ya sean por ejemplo de medios, de contenidos, de consumo, etc., ayudan mucho a crear un panorama más amplio de lo que los diferentes grupos sociales y culturales están buscando de acuerdo al concepto de cultura que tienen, pero más importante aún, a la manera en cómo ésta última se manifiesta, y es ahí cuando entra la cultura a formar parte de los estudios culturales.

miércoles, 21 de enero de 2009

Tomás R. Austin Millán

 

Sociólogo y Antropólogo Social.

Magister (c) en Ciencias de la Comunicación

Temuco, Junio del 2000

Publicado en la Revista UNAP EDUCACIÓN Y DESARROLLO,

Año 1, Nº 1, Marzo 2000,

de la Universidad Arturo Prat, Sede Victoria,

IX Región de "La Araucanía", CHILE

 

Si tratamos de definir a la cultura a partir de cómo nos ayuda a comprendernos entre seres humanos, la cultura es entendida como una red, malla o entramado de sentidos que le dan el significado a los fenómenos o eventos de la vida cotidiana, para poder interactuar socialmente, y, como veremos, surge como un producto del comportamiento humano y de la vida social situados en un ambiente histórico, geográfico/climático y productivo (material e intelectual).

http://www.lapaginadelprofe.cl/

 

Raymond Williams

Raymond Williams (31 de agosto de 1921 - 26 de enero de 1988), intelectual galés, perteneciente, junto con otros, al denominado Círculo de Birmingham (marxistas británicos de las décadas del '50 y '60). Dichos intelectuales comienzan perteneciendo al partido comunista, del cual se alejan por diferencias con el sector ortodoxo. Dicho grupo se aboca, sobre todo, al desarrollo de una historia de tipo cultural.

La gran originalidad de este autor consiste en que abordó sus investigaciones desde una perspectiva "marxista culturalista", siendo muy consciente de las implicaciones de la cultura en los procesos históricos y el cambio social. Williams se conformó como un marxista de la subjetividad cuyo interés fue introducir en el pensamiento de dicha línea la centralidad de la conciencia, de la acción orientada por los valores, en oposición al marxismo de la objetividad, que atribuía el cambio social a una serie de fuerzas ajenas a la voluntad consciente de los hombres.

Cultura y Producción Cultural

La cultura es una creación individual y colectiva de significados, valores (morales y éticos), concepciones del mundo y modos de sentir y de actuar. Dicha creación se encuentra enmarcada en instituciones sociales concretas, y condicionada por unas circunstancias materiales determinadas; de esta manera, la producción cultural es una manifestación cultural condicionada por el sustento material. Williams intenta demostrar con su análisis histórico de la cultura que la producción cultural siempre ha estado estrechamente ligada a condiciones materiales e institucionales que están, a su vez, directamente relacionadas con el periodismo y desarrollo concreto de las fuerzas productivas de la sociedad.

http://es.wikipedia.org/wiki/Raymond_Williams

http://www.geocities.com/tomaustin_cl/educa/libro1/cap3.htm#_Toc463346487

 

 

Definiciones Del concepto Cultura

La historia de la forma de conceptualizar y definir la cultura es larga pero podría ser extendida desde Sir Edward Taylor en su libro Cultura Primitiva (1872) a Kroeber y Cluckhoholm en USA, y en los antropólogos sociales británicos hasta la década de los 70s, hasta el presente.  Tratando de resol­ver el pro­blema de la falta de una definición común, en 1952, a Kroeber y Cluckhoholm, re­visaron todas las defini­ciones de cultura que se habían es­crito hasta su tiempo  (en inglés, por supues­to); encon­traron nada menos que ¡160! defini­ciones, Finalmente formularon una definición que aunque extensa, toma en cuenta todas las particularidades y cualidades de la cultura, que a su juicio satisfacían las necesidades conceptuales de la Antropología Cultural Norteamericana de su época: 

 "La cultura consiste en pautas de comportamiento, explícitas o implícitas, adquiridas y transmitidas mediante símbolos y constituye el patrimonio singularizador de los grupos humanos, incluida su plasmación en objetos; el núcleo esencial de la cultura son las ideas tradicionales (es decir, históricamente generadas y seleccionadas) y, especialmente, los valores vincula­dos a ellas; los sistemas de culturas, pueden ser considerados, por una parte, como productos de la acción, y por otra, como elementos condicionantes de la acción futura)"

http://www.geocities.com/tomaustin_cl/educa/libro1/cap3.htm#_Toc463346487

Importante y completa como es esta forma de definición, y a pesar que encierra toda una época paradigmática del estudio de la cultura en antropología, durante la década de los años 50 algunos antropólogos comenzaron a destacar que siguiendo esta línea teórica, producto del positivismo de comienzos de siglo, la cultura era considerada fundamentalmente un fenómeno externo a los seres humanos que la viven --más precisamente, externo a la mente humana-- de tal forma que el ser humano aparece más como objeto de la cultura, que como el sujeto que la crea, recrea y vivencia cotidianamente.  Lo que resulta en un “molde (o patrón) cultural” en el que los seres humanos, una vez que son formados, difícilmente podrían escaparse o cambiar readecuando su cultura a nuevos momentos, situaciones o eventos del diario vivir.   La rigidez teórica para aceptar el cambio y la “externalidad” a la mente, fueron  las principales críticas que se le hicieron al paradigma original del concepto de cultura y que motivaron la búsqueda de una teoría alternativa

 

Un ejemplo de este paradigma de la Antropología lo podemos encontrar en los trabajos de la antropóloga española María Jesús Buxó i Rey para quien “la cultura es el sistema de conocimiento a partir de cuyos significados el ser humano tamiza y selecciona su comprensión de la realidad en sentido amplio, así como interpreta y regula los hechos y los datos de comportamiento social” En un trabajo posterior de la misma antropóloga podemos leer que “lo que importa es aprender lo que es relevante en el conjunto de ideas, creencias y suposiciones que los individuos son capaces de representar mentalmente...  En el mismo artículo agrega más adelante que “Toda identidad (cultural) es una construcción mental...”

Ma. Buxó i Rey, citado, pág. 139.  Mi énfasis

 

Alfred Schütz (1899-1959) sociólogo y filósofo austriaco, de origen judío, introductor de la fenomenología en las ciencias sociales. Nació en Viena, donde estudió leyes y economía con, entre otros, Hayek y von Mises. Exiliado desde 1933, llegó en 1939 a Estados Unidos, donde, pudo integrarse en la Nueva Escuela de Investigación Social de Nueva York. Se inspiró, entre otros, en Henri Bergson, en la escuela vienesa de economía y en el pensamiento de Edmund Husserl de quien fue discípulo directo. En 1932 publicó su primera obra "Der Sinnhafte Aufbau der sozialen Welt" en la que pretendió dotar de fundamento filosófico a la perspectiva metodológica y las categorías sociológicas básicas de Max Weber. Su pensamiento encontró nuevas potencialidades a través de su diálogo intelectual con autores anteriores de orientación pragmatista como George Herbert Mead o John Dewey. Su obra, poco conocida, ha impactado en la teoría sociológica contemporánea a partir de los trabajos de Berger y Luckmann, así como del enfoque etnometodológico de Garfinkel o Cicourel.

 

Tomado de Jesús Azcona, PARA COMPRENDER LA ANTROPOLOGÍA, Verbo Divino, 1991, pág. 47

Schutz y la cultura

Al finalizar el siglo se ha hecho popular en las ciencias sociales aplicadas, seguir la corriente de la fenomenología inaugurada por el filosofo Edmund Husserl a comienzos de siglo y convertido en ciencias sociales por Schutz en décadas posteriores.  Esta corriente de las ciencias sociales ha sido muy influyente en las teorías de la educación recientes y vale la pena conocer su postura teórica.  Para éste la cultura es subjetiva, o más que eso, es "intersubjetiva", en el sentido de que es un fenómeno netamente humano que existe sólo como subjetividad compartida con otros.  Es decir, el actuar humano tiene un carácter intersubjetivo.  Como escribe Alfred Schutz, "nuestro mundo cotidiano es desde el comienzo un mundo intersubjetivo de cultura.  Es intersubjetivo, porque vivimos en él como hombres entre hombres, ligados a ellos por influencias y trabajos comunes, comprendiendo a otros y siendo un objeto de comprensión para otros.  Es un mundo de cultura, porque desde el comienzo el mundo de la vida es un universo de significación para nosotros, es decir, una estructura de sentido (Sinnzusammenhang) que debemos interpretar y de interrelaciones de sentido que instituimos mediante nuestra acción en este mundo de la vida.  Es también un mundo de cultura, porque somos siempre conscientes de su historicidad, que encontramos en la tradición y los hábitos, y que es susceptible de ser examinada porque lo "ya dado" se refiere a la propia actividad o a la actividad de otros de la cual es el sedimento".  Con otras palabras, el mundo intersubjetivos es un mundo en el que no solamente me comunico con los otros en un "lenguaje" común, sino que, además, lo que me comunico con los otros es social: es algo que existe, que está "ya dado", creado e interpretado de antemano por generaciones de hombres que me precedieron.  Se trata de todo un conjunto de "tipificaciones" conductuales, de significaciones y de sentimiento que el individuo recibe como "herencia social".

http://www.geocities.com/tomaustin_cl/educa/libro1/cap3.htm#_Toc463346487